Dos puntos de vista contrastantes sobre el tiempo dividen muchos filósofos prominentes . Un punto de vista es que el tiempo es parte de la estructura fundamental del universo - una dimensión independiente de los eventos, en el que se producen los eventos en secuencia. Sir Isaac Newton suscrito a este punto de vista realista, y por lo tanto se refiere a veces como el tiempo newtoniano.
La definición operacional deja de lado la cuestión de si existe algo que se llama tiempo, al margen de la actividad contando que acabamos de mencionar, que fluye y que se puede medir. Las investigaciones de un solo continuum espacio-tiempo llamado traer preguntas sobre el espacio a preguntas sobre el tiempo, las preguntas que tienen sus raÃces en las obras de los primeros estudiosos de la filosofÃa natural.
Además, puede ser que hay un componente subjetiva en cuando , pero si el tiempo o no en sà está "sentido", como una sensación o una experiencia, nunca se ha resuelto.
Medida temporal tiene a los cientÃficos y tecnólogos ocupados, y fue una motivación principal en la navegación y la astronomÃa. Eventos periódicos y movimiento periódico han servido durante mucho tiempo como estándares para unidades de tiempo.
La distinción entre las actividades de ocio y las obligatorias no es estricta y depende de cada persona; asà estudiar, cocinar, o hacer música, puede ser ocio para unos y trabajo para otros, pues estas últimas pueden hacerse por placer además de por su utilidad a largo plazo, y por su eventual ganancia económica. Al ocio se lo puede emplear en actividades motivadoras y productivas.
Por otro lado, el ocio en la Antigua Grecia era considerado el tiempo dedicado, principalmente por filósofos, para reflexionar sobre la vida, las ciencias y la polÃtica.
En la vida cotidiana, el ocio constituye relaciones dialógicas con otros campos además del trabajo, tales como la educación, la polÃtica, la economÃa, el lenguaje, la salud, el arte, la ciencia y la naturaleza, entre otras dimensiones de la vida, siendo parte integrante y constitutiva de cada sociedad (Gomes, 2010).
De este modo, para los autores Gomes e Elizalde1 el ocio es entendido como una necesidad humana y dimensión de la cultura caracterizada por la vivencia lúdica de manifestaciones culturales en el tiempo/espacio social. AsÃ, el ocio se constituye en la articulación de tres elementos fundamentales: la ludicidad, las manifestaciones culturales y el tiempo/espacio social.
AsÃ, las manifestaciones culturales que constituyen el ocio son prácticas sociales vivenciadas como disfrute de la cultura, tales como:fiestas, juegos, paseos, viajes, música, poesÃa, graffiti y murales, pintura, escultura, danza, vivencias y expresiones corporales, juegos electrónicos y experiencias virtuales, fotografÃa, teatro, actividades comunitarias, ferias con nuevas modalidades de intercambio, actividades recreativas y deportivas, festivales y eventos artÃsticos, variadas modalidades de educación popular local, espacios de conversación y debate etc.1
Desde esta perspectiva resignificada, el ocio puede generar una vivencia de apertura marcada por una actitud que rompa y transgreda con lo permitido y con lo lÃcito, mostrándose muchas veces al borde de lo socialmente adecuado y aceptado.